En la tarde de aquel día Aún recuerdo tu mirada Y las gotas de tus ojos
Que en mi pecho las secabas
No te vayas me decías No me dejes aquí sola No soporto verte lejos Pues
la angustia me aprisiona
Yo lo siento vida mía Contigo no puedo estar No después de tus traiciones Que
me salan más que el mar
Naufragaste en mi puerto El que yo te abrí mujer Te burlaste de mis besos Y hoy
te dejo de querer
Vuelve dentro a la casona Vuelve quieta a su lado Que él te espera en una mesa Sin saber
lo que has rogado
No seas tonta, no le alertes Él piensa que le eres fiel Cuando no tienes vergüenza De
tenderte aquí a mis pies
Hoy tus lagrimas son fuego Que me queman ya la piel Mas al tiempo te maldigo Por
haberme sido infiel
Él no tiene culpa alguna Tu calaña no sospecha Y no sabe el pobre hombre De que madera
estas hecha
Tus mentiras te condenan A sufrir en un rincón No me busques ni me ruegues Que no escucharas
perdón
Tú, mi amor lo conocías y quisisteis proceder te perdiste en una apuesta por dinero y por placer
A ese hombre lo perdono me ha ofendido sin saber, mas le dejo por castigo la maldad de tu querer.
Joaquín
Alemán C.
|