Toca mis sueños la sonrisa de un ángel sentado en el patio de la
casa que habita el silencio.
Se
ríe y me recuerda cuando vagábamos
entre los muros blancos de cal, los
muros de mi casa, donde nunca el
silencio existió, y hoy, hoy se ha
mudado por acá aprovechando que no
se escucha más tu risa.
Ésa que guardé entre las páginas de un libro de historias rotas que de vez en cuando sacude el viento sus hojas con la misma fuerza con que amo, respiro y digo que sigo vivo.
Tan vivo
y tan callado que a lo lejos, en
la ventana de este cuarto, encuentro
el camino por el que te marchaste, camino
de tierra roja como la sangre que
se agolpa en mis venas cuando aprieto
estos puños repletos de rabia porque no te quedaste.
La ira me hace bajar la cabeza y si bajo un poco la mirada ahí está de nuevo, en el patio, en
aquella sombra que prodiga la higuera, sentado,
el ángel, que sonriendo levanta la mano y
me vuelve a hacer soñar, soñar con
el día de tu regreso,y así seguiré soñando, por no recordar que en verdad, en verdad estoy muerto.
Artículo Mortis
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